martes, 12 de mayo de 2009

Palitos de merluza con macarrones

No soy dado a homenajes o por lo menos no en fechas concretas. Hice mi homenaje a Siniestro y curiosamente aún no he hablado de Marley (aunque mi hijo mayor tenga en su honor Bob como primer nombre) pero hoy he tenido un ataque de todos aquellos que pensaban y sabían lo que yo no. Charlando en la oficina de Miquel esta mañana estaba el ordenador encendido y el spotify sonando. Me senté delante y de una manera natural escribí en el buscador "la chica de ayer". Sonó en mi cabeza esta fantástica melodía de Nacha Pop y disfrute de ella mientras seguíamos nuestra conversación. De estas cosas que a uno se le ocurren sin saber por qué.

En fin que de camino a casa cojo el periódico (risas de Álex aunque como ya lleva tanto tiempo en Europa no tan alborotadas como la primera vez) para leer en el metro y me encuentro con la noticia de la muerte de Antonio Vega. 51 tacos, un hombre que ha vivido al límite (justo catatónica, un artista, cómo? no habéis leido el artículo de Catatónica Frappé de hoy? pués venga hermanos, después de la receta a leerlo) o más bien ha dejado pocos límites por cruzar.

Los 80 no fueron fáciles para los que entonces eran jóvenes, los que sobrevivieron han tenido que adaptarse o más bien fosilizarse en estructuras arcaicas. Pensaban que encontrarían un espacio nuevo y distinto pero casi todo ya está inventado. Familias tradicionales, curros mundanos, normalidad, rutina, gris, gris y más gris. Algunos quedan y supongo que lo llevarán con dignidad (aunque también se les puede encasillar en patrones o roles clásicos pero no se lo digáis que se lo merecen sólo por haber sobrevivido, película recomendada La Torre de Suso).

Compañeros, Antonio Vega ha fallecido y no sé por qué o realmente por todo lo que sé me jode y lo comparto con vosotros (no me voy a pasar la noche escuchando su música ojo, tan friqui no soy pero ahí quedan mis palabras en el ciberespacio).
Besitos

Palitos de merluza con macarrones

Sí, ya sé, estoy vago tanto para cocinar como para escribir las recetas pero ya os dije que llevo unos días de curro inmunes y me resulta más terapeútico escribir las entradas que no las recetas, el viernes os compenso y mañana que gane el Barca y el domingo también y el 27 otra vez. El año que viene será el nuestro.


lunes, 11 de mayo de 2009

Tortilla de lunes


Abandonados no hombre, he bajado mis pulsaciones al mínimo para compensar con la de reuniones y curro que hemos tenido en el curro esta semana. Si ya lo dice Fefe que tenemos que inventar algo para dejar de trabajar, también puede hacer alardes de su prosa andaluza para deleitarnos con un "que curren los romanos que para eso tienen el pecho de lata". Es que es un curro lo del curro y como falte curro la que se monta entre currantes y ofertores de curro, y ahí sí que hay curros, se curran a la mínima. Unos porque quieren curro, otros porque no se curra en el curro. "Ya no hay currantes que hagan bien el curro", tendrán morro?

A curros había que quitarles esos aires que no han currao en su vida! Es el currito el que con su curro les ha dado todo lo que tienen que no todos cobran 1 a 1 señores. Que curramos las mismas horas y los currantes ganan 5 y los incurrantes 10. Que no hay que ponerse Marxista para entender que el curro nos tiene alienados, o alineados, a raya vamos. Pensad en los pobres curris víctimas del hambre de los Fraguels, una buena metáfora. Los curris currando para que los señoritos les comieran el producto del curro, y a currar otra vez para alimentar a los señoritos a su antojo. El devenir hermanos, el eterno devenir.

A mi que no me lo quiten pero que tampoco me den mucho, o que me den porque a estas alturas y pensando que me quedan 34 años por currar (por lo menos) ya casi da igual. Uno se acostumbra y hasta supongo que alargará la vida.

En fin currantes y no currantes pero potenciales, Romero El Curro con mayúsculas.
Besitos

Tortilla de lunes

Ya la conocéis y es ya una tradición.

lunes, 4 de mayo de 2009

Montaditos

Estaba hablando esta tarde con Elena (Catatónica Frappé) y me preguntó que cual era el tema de hoy. Ella me decía "uff" que gran tema, da para mucho. Ciertamente, da para mucho así que voy a intentar condensarlo para no daros otra chapa de las mías.

Llegué del curro en el metro y me fui a comprar al SUPERMERCADO de la plaza de Bagarmossen, barrio insigne que me acoge desde hace 3 años. Entré, cogí una cestita y me dispuse a comprar algo para cenar. No tengo muchas ganas de cocinar, me apetece echarme unas risas con los niños así que me fui a la carne. De oferta cinta de lomo...mmm...cinta de lomo... ya está! Triunfamos! A por una barra de pan, tomate y patatas congeladas! MONTADITOSSS!!!! Sonriente, triunfador, estudiando mis pasos me dirijo a la zona de cajas para pagar. Es aquí donde miré a las cajeras y cajeros y me acordé de donde estaba, En el CONSUM de bagarmossen. Suena a título de película de terror y la verdad es que podría serlo.

Los que trabajan en este super voy presentar ahora mismo. Historias sobre sus comentarios o sus comentarios a los clientes también podrían ser escritas pero quizás otro día. Hoy, simplemente la presentación de los personajes.

Mister Bin: es idéntico, misma nariz, pelo lambido, tranquilo, amable, Mister Bin. Hasta aquí, podría parecer un parecido razonable o famosos en acción de Faemino y Cansado. Lo friqui de nuestro hombre es que mide 2 metros de algo y no te das cuenta hasta que se levanta para buscar algo o te lo encuentras por la tienda. Da miedo!

Vieja bruja agradable: tiene unos 70 años, gafas de mujer amable, moño enorme y siempre enhorquillado y con un maquillaje de Cruela Devil blanco-nieve-zombi. Su mayor habilidad es la de repetir las respuestas de los clientes a sus preguntas añadiendo una sonrisita, "tienes tarjeta del CONSUM? (no), No, jeje, claro", "quieres el ticket? (no gracias), no gracias, jeje, claro que no, jeje"

Gordo decolorado: 200 kilos, se decolora el pelo, es moreno originalmente, o trigueño, oscuro vamos. Tiroides, pobre hombre, problemas de estómago que putada... y más pensamientos he tenido hasta que Karin coincidió con él una vez cuando estaba comprando: dos paquetes de pan de molde sin cortecita, una bolsa llega de bollos, dos botellas de coca-cola y tres pitsas congeladas. Igual no eran para él pero no vamos a fastidiar la historia.

Vieja bruja desagradable: moño como la otra, maquillaje cargado y rojo. Boca en forma de buldog con rasgos muy marcados. Enfadada siempre, tira las mercancías tras pasarlas por el lector del código de barras y escupe las pocas palabras que usa.

Hermanos, un buen circo en las afueras de Estocolmo.

Montaditos

Cinta de lomo
Barra de pan
Tomate
2 dl de Aceite
2 Huevos
sal
un ajo

Hacemos una salsa alioli y untamos el pan cortado en rodajas de unos 3 cm. Pasamos el lomo cortado en lonchas de 1cm (tantas como rodajas de pan). Ponemos una rodaja de tomate sobre el pan y encima la rodaja de lomo. Fácil?
Pués si no se os corta la mayonesa me mandáis las fotos.
Besitos!

viernes, 1 de mayo de 2009

Rollitos de bisté a la brasa

1 de Mayo de 2009. El rojo toma la ciudad de Estocolmo. Elvira no entendía lo que pasaba. Le gustó estar ahí, no me cabe duda. Se divirtió, lo sé. Lo recordará, sé que no (es el problema de dormir, que la parte no consciente del cerebro ordena, clasifica y borra y no nos pide nuestra opinión).

Banderas, música, La Internacional, gritos, podemos banalizar este tipo de espasmos colectivos y restarle importancia, pero la tiene. Ir caminando por una calle tomada por personas, humanos, seres racionales de los que toman las raciones en los bares es muy emotivo. Necesario? Estoy seguro que también. No para cagarse en el poder político de turno, para nosotros mismos, para vivirlo en colectividad. Hay momentos en la vida que exigen colectivizarse, la muerte, la vida, el Barsa-Madrid, el primero de mayo también.

Mi participación, escasa, intrascendente, pero necesaria. Para quién? y eso que importa! No es un examen de biología, es un acto colectivo, sin adjetivos, sin valoraciones, y el motivo más que suficiente para caminar con los demás por una calle u otra.

Rollitos de bisté a la brasa

Bisté
Mostaza Dijon
Sal
Palillos

Se mazan los bistés de ternera para que queden finitos. Se salan y untan por una cara con mostaza Dijon. Se hacen unos rollos y pinchan con los palillos para que no se abran. Se tiran en la barbacoa y tras unos 5 minutos estarán listos.

martes, 28 de abril de 2009

Otra vez pizza de mi turco favorito


Martes y fútbol, no cualquier fútbol hermanos, la semifinal de la champions. Barcelona-Chelsi. Llevo hablando del partido con mis colegas en el trabajo todo el día. No tengo ni uno que le interese el fútbol, el mundial, el europeo, alguna final que tal, pero en general ni se inmutan.


Este deporte me ha cautivado desde muy pequeño. Mi problema es que mi conocida falta de constancia hace que nunca he podido saber mucho de fútbol. Conozco a los jugadores más conocidos de cada equipo, bueno, de los importantes. Sigo los torneos y ligas y alguna idea tengo de las clasificaciones pero nada comparado a un verdadero seguidor del fútbol (y para que os hagáis una idea de que tipo de persona hablo sólo tenéis que preguntar a Rubén sobre alguna alineación o resultados de alguna temporada).


Pensar en ver un partido de fútbol, sea por la televisión o en directo hace que flipe! Quedan 90 minutos de fútbol, 90 minutos! Me pongo nervioso, me mola, lo preparo todo para el acontecimiento y la verdad es que siempre me sorprende. Por mucho que los equipos entrenen, el fútbol es en directo. Las variables controlables no son las mismas que en cualquier otro espectáculo. Es lo cautivador de un deporte como el fútbol. Sabemos que pueden hacer grandes cosas, crear espacios para la mejor jugada ofensiva, un drivlin fantástico, un gol inesperado nacido de un pie accionado a 40 metros de la portería. Hemos visto repeticiones, tenemos partidos en la memoria, jugadores que sabemos son capaces de todo y más, y aún así, parece que va a ser imposible que lo hagan y nos lo regalen.


En este partido también hubo jugadas de este tipo y me sorprende cada vez como si fuera la primera. La magia del fútbol radica en esa imprevisibilidad, en el saber que pueden hacerlo y no creértelo del todo, en que te sorprendan, y lo hacen, normalmente lo hacen.


Michel al Getafe... que decir, seguro que hace lo mismo que con Valderrama.

viernes, 24 de abril de 2009

Brochetas de pollo y chorizo

A mi me gusta la muiñeira. A mi me gusta la sardana. A mi me gusta el aurresku. A mi me gusta el chotis. A mi me gusta la jota. A mi me gusta el esmó grúdurna en midsomar. Vamos que me defino como un amante del folklorismo. Lo de las verbenas y fiestas populares he de reconocer que me pone, sean las nacionales, estatales o suecas, la concentración de gente para comer y bailar me pone. Es parte de mi pasado y siempre me ha gustado.

No tengo un poster de Carlos Nuñez en mi casa, ni siquiera de diana pero lo que hace el hombre me gusta. Me mola ir de romería en verano y ver a la Virgen del Carmen en la procesión del mar. Espero haya quedado claro mi posicionamiento frente al folklore. Estamos, no?

El domingo pasado, en la Villa, fui con mi hermana al Teatro López de Vega en la Gran Vía a ver a la Compañía de Sara Baras interpretando la obra Carmen. Un espectáculo de Flamenco con música en directo. He escuchado flamenco, lo mítico, Camarón, José Mercé, Lola Flores, en fin, lo que a Galicia llega, así que lo de la Baras me parecía interesante.

Interesante fue, ciertamente, aunque algo más también.

Al próximo gaiteiro que vea le meteré la gaita por el orto, al bailarín de sardana por lo menos una pierna se la parto, la chapela con aceite al del aurresku se la haré comer y la cabeza abierta por el golpe del ladrillo al pringao del chotis no estará de más. Aficcionados señores. Flamenco 6-resto de demostraciones de aficcionados folkloristas 0. Es otra liga, otra dimensión. Ganaron. Quizás sea que son demasiado buenos para decir lo bueno que es, que nos agobian con el tonito arrogante o que tienen un clima tan bueno que sólo por eso los gallegos los mataríamos a todos, será. Pero ciertamente tienen razón, es un arte no comparable a otra manifestación folklórica de la península. Sí al rock, al jazz, al heavy, al punk, al hip-hop, vamos a los grandes géneros, pero si alguien tiene la oportunidad de ver a la Baras cueste lo que cueste que no se lo piense.

Si antes de ver el espectáculo podéis tomaros unas botellas de vino con Los Louro en la Musa en Fuencarral y lleváis el punto simpaticón y medio tonto de sentiros en paz con el mundo, eso también ayuda. Pero no le resta duende al flamenco, en todo caso os lo da a vosotros.

Brochetas de pollo y chorizo

3 Chorizos tiernos como para cocer
3 pechugas de pollo
Tortellini frescos rellenos de jamón
Salsa barbacoa
Sal
Pimienta

Se ensartan trozos de pollo y chorizo alternativamente en un palo de madera para brochetas. Se salpimentan y a la plancha pinceladas con la salsa barbacoa. Mientras se pone una pota con agua a cocer para la pasta. Se le dan unas vueltas a las brochetas y cuando la pasta esté lista (10 minutos), a comer!
Besitos!

martes, 21 de abril de 2009


Chinos, viejos y viejas, hombres de mediana edad estresados, Los Louro y un conductor que puso la calefacción a 300 grados celsius.

7.00 pm, dirección Villalba (que si alguien no se cree que es Fraga quien sigue manejando este país que me explique porque hay un cartel en el centro de Madrid que indica la dirección a seguir hacia a Terra Cha y no Galicia). Salimos de la Villa con lluvia. La tensión se palpa en el ambiente. Los Chinos duermen en los asientos, los viejos de delante llevan una radio pequeña y escuchan Radio Nacional.

A los 20 minutos pudimos ver el casino que se alzaba majestuoso a nuestra izquierda, rodedo de luces y de edificios igualmente iluminados (casas de putas, por supuesto). Estábamos ya cerca de nuestro destino, salimos de la autopista y en tan sólo unos minutos abandonamos el transporte para entrar en el casino. Allí estábamos, delante de la puerta como los 4 magníficos (ya pero es que nosotros éramos 4) entrando en el pueblo, como Thelma y Louise paradas al borde del precipicio, un poquito más, sólo un poquito más y entraríamos.

Y entramos, mira la verdad es que un poco cutre. Una lámpara enorme en la entrada y moquetas como de cuarto de baño inglés. La tropa que nos acompañó en el autobús aquí se multiplicó. Cuatro salas de juego, ruleta, black jack, máquinas de colores, y gente con fajos. Los billetes de 50 euros son como las monedas de 1 Corona o 1 Euro, lo mínimo, lo básico. Hombre de mediana edad, bigote, americana sin corbata y bebiendo ron con coca cola mientrás ordena en la barra sus billetes de 500 y 100 euros, una imagen que se repite en toda la noche. Chicas guapas, entre 20 y 30, merodeando por las mesas mientras el monte de navos se lo juega todo, es otra imagen de la noche.

Y entre todos, nosotros. Nos pasamos las primeras 2 horas deambulando, entrando incluso en la sala de poker que la apuesta mínima era de 50 euros y no se podía mirar, sólo jugar. Cada uno desempeñó su papel perfectamente.

El padre: observando las mesas de juego, serio, sin tener ni idea de lo que ocurría pero serio, como si dominara lo que estaba ocurriendo. Mira a la mesa, observa a los jugadores, quieto, respetuoso, silencioso, puede que pareciera un jugador que analiza la situación de la mesa, pero le delatan algunos movimientos no controlados de los pies. Es un pringao que viene a un casino por primera vez.

La madre: inquieta, interesada por ver lo que pasa. Se acerca a las mesas y comenta la apariencia de los demás, la cantidad de fichas que tienen y su cuantía, las apuestas realizadas, quiere más, quiere ver todo el local y descubrir los lugares más recónditos de este templo. Es una pringá que viene a un casino por primera vez.

La hermana: deambula, no se acerca ni mucho ni poco, no entiene nada y tampoco hace ningún esfuerzo por sacar la lógica de cada juego. No se entera (grandes lazos genéticos con el Pater Louro). Le gustaría jugar a las cartas y más adelante leeréis sobre sus dotes de jugadora en mesa de black jack with the big boys! Es una pringá que viene a un casino por primera vez.

El menda: corbata negra sobre camisa azul clara con lágrimas acompañantes. Pantalón negro ajustado con americana negra de raya diplomática. Un JASP, un triunfador, mirada arrogante. Irradia la seguridad del que entiende todos los juegos y puede hasta entender las apuestas de los pobres mortales que (curiosamente) tiran las fichas en la ruleta y huyen del lugar (madre, haré research en internet para entender por qué se escapan). Es un pringao que viene a un casino por primera vez.

Curiosamente las emociones e impresiones son tantas que el hambre no se apodera de ti. Evidentemente no íbamos forrados de guita para la ocasión pero en la medida de las fantásticas posibilidades de la familia Louro estábamos dispuestos a gastarnos 50 euros por persona en los juegos y cenar el buffet de 30 euros del restaurante ”Las Vegas”. Le sumamos los 3 euros de la entrada y la inversión inicial per cápita de 83 euros me parece un más que generoso regalo a la casa. La verdad es que, supongo que debido a las impresiones y emociones que todo esto implica, ninguno de los Louro estaba terriblemente hambriento, así que tras tirar algunos Euros en las máquinas tragaperras (un buen hombre nos orientó un poco sobre el funcionamiento) nos decidimos por comer algo ligero, unos bocatas mientras seguíamos engullidos por el ambiente estraño del casino.

Es una sensación muy especial la de estar ahí dentro, no hay mucho ruido, es más hay que hablar bajito si estas cerca de alguna mesa donde están jugando (a menos que te la pele todo y te rías de la gente abiertamente lo cual, evidentemente, los Louro sabemos hacer y hacemos). Debe ser que no hay luz natural y demasiados colores intermitentes, el caso es que el aire pesa más y el tiempo no avanza a la velocidad habitual. Nos vimos en la obligación de comer puesto que eres consciente de que el cuerpo necesita energía, pero no lo sientes así. Yo ya me había tomado un yintonic y un drai martini. Durante este tiempo había adoctrinado a mi Santa Hermana sobre las reglas y funcionamiento del Black Jack. Ponderé que sería la alternativa de juego más fácil para la noche.

El Pater se sentaría en una mesa y perdería todas las fichas sin entender lo que en cada mano ocurría. La Mater se pondría a discutir con el crupier jugada tras jugada y mostrándose siempre escéptica haciendo que los cambio de jefe de mesa se repitieran unas cuantas veces.

Frente a esta situación, mi esperanza estaba puesta en La Hermana. Escuchaba atentamente mis explicaciones y yo comprobaba que éstas habían sido entendidas. Cuando las mesas para novatos se abrieron no acercamos para intentar coger un sitio, los cogidos fuimos nosotros che! El buitrerío es la clave, como halla dinero por medio, la gente pierde la educación y la perspectiva. Tras 30 minutos de que se nos colaran y nadie levantara sus posaderas de los sitios de juego, La Hermana, Ella, se fue al gran salón, vino, vio y si venció o no lo sabréis en breve. Regresó a la mesa de novatos donde yo intentaba introducirme y dijo ” en las mesas de 5 euros apuesta mínima hay asientos libres”. Haciendo un cálculo mental rápido valoré la propuesta, 10 manos, podemos jugar 15 minutos y tirar 50 euros y experimentar la piel del jugador, vale la pena!

Decididos, informamos al resto del grupo y bajamos hacia el gran salón. Nos acercamos a una mesa, sacamos 50 euros del bolsillo, los tiramos en el tapete y nos entregaron 10 fichas, todo nuestro capital en 10 fichas. Las normas de juego estaban más o menos claras, el significado de los gestos hechos al crupier eran también un más o menos (nunca tan difícil me ha resultado decir sí o no siendo consciente de lo que eso significaba). Pero todo ya daba igual, estábamos sentados en una mesa, y no de novatos, de Big boys, we are fucking playing with the Big Boys, let´s rock! Y empezamos, el objetivo era, si después de un rato jugando llegamos a recuperar la inversión nos vamos. Carta, 16, una más, 20, no, 14, no (no? Pregunta el croupier) no no, digo, sí, Black Jack, 21, se pasa, hagan juego... era una guerra. Para hacerlo corto:

Peña apostando por nosotros porque nos iba muy bien.
La jefa de todas las mesas diciendo que era increible como ganábamos con nuestra manera de jugar.
Llorando de risa por las cartas que nos tocaban, los otros jugadores decían que había que sacar fotos a nuestras manos.
Los croupiers (tuvimos 3) no podían intuir nuestras respuestas.
Sergio pierde todo.
Elena dobla, metimos 100, nos vamos con 100 después de una hora y media de juego.

A eso de la una decidimos marcharnos para tomar la penúltima mientras esperábamos por el bus que nos llevaría de vuelta a Madrid.

Una velada fantástica y la cual recomiendo a todo el mundo. Podemos decir que el Casino de Torrelodones es un buen sitio para echarse unas risas y emocionarse un poco al calor del azar.