
La paranoia de estos días es de índole laboral, social y moral. Resulta que el nuevo gobierno en Suecia (que no es para echar cohetes aunque tampoco el gallego, hermanos, ya no sé donde me voy a refugiar) implanta que se escriban informes evaluativos sobre cada una de las asignaturas que los escolares cursan desde el primer curso. Hasta ahí nada que objetar, por lo menos gracias al claustro de profesores al que pertenezco. Para mi era raro que no existiera este sistema. Las familias y alumnos estarán mejor informadas/os sobre los progresos de los niños y aquello que deberían mejorar para alcanzar los objetivos educativos planteados por los diversos docentes (que aunque el ministerio de educación diga que el alumno y la familia estarán involucrados en este proceso, la realidad es otra).
Me seguís? Hacemos un documento en la escuela, donde los profes escribimos lo que "Sven"ha aprendido y lo que tiene que mejorar en cada asignatura (curiosamente no hay ningún niño que se llame así en esta escuela, otro día os lo explico, tampoco me he encontrado con ningún Jaimito en Galicia). Hasta aquí todos de acuerdo (bueno hay escuelas donde lo van a hacer con un sistema clásico de calificaciones por eso decía que tengo suerte con mi equipo de trabajo, aunque la suerte no exista, joder otro tema para otro día!).
El problema, o duda, o reflexión labo-socio-moral viene de cuando me toca a mi escribir los informes de mis niños.
Tenemos:
a) Niños de padre o/y madre hispanohablante criados en Suecia 0 fuera de Suecia (recién llegados).
b) Niños de padre y madre con otro idioma que no es ni español ni el sueco criados en Suecia.
c) Niños de padre y madre sueca o madre sueca criados en Suecia.
Para que os hagáis una idea. Tenemos que decidir quienes tienen el Sueco como idioma materno y quienes el español, así como quienes tienen español o sueco como segundo idioma (por no hablar de una niña que su madre habla catalán con ella, el padre inglés y ella estudia español y sueco en nuestra escuela por primera vez en su vida, lleva menos de 2 años en Suecia).
Puede parecer fácil, pero. Es el origen de los padres el que determina si los niños tienen un idioma como lengua materna/paterna o el nivel que en esa lengua los niños tengan. Vamos que estoy metido en un jaleo, o no, o sí vamos. Yo creo que decirle a un niño que ha vivido toda su vida en Suecia, que ha estado en una guardería sueca y que ahora está en nuestra escuela que porque sus padres no tengan sueco como lengua materna ella se va a clasificar como estudiante de sueco como segundo idioma... es un poco fuerte. Esto de ponerle una etiqueta a los niños por su RH me parece un poco fuerte, pero ojo, que es uno de los criterios que el ministerio dice que se pueden seguir.
Yo estoy más por que veamos el nivel de competencia linguística de cada niño independientemente de que carajo hablen sus padres. Todos estudian sueco y español en esta escuela. Qué tiene de positivo para el niño decirle que es español de primera o de segunda? o sueco que te cagas y sueco máomeno?
Veremos que pasa, pero me siento un poco rallante con el tema en la escuela pero mañana tenemos reunión y se resolverá.
A ver si discuten el tema con mi Elvira cuando le toque y no la marquen con un absurdo concepto.
Besitos
Spaghetti con salsa de marisco y pescado
250g de gambas
la parte que no te comes del puerro
media cebolla
un dado de caldo de pescado
4 vasos de agua
media botella de vino blanco tinto, casero, peleón (del que le venden al padre de Julito, granadino, en Santiago diciendole que es orujo)
spaghetti
250g de dados de pescado congelado (mezcla de salmón, rape y otro gris que no sé que es)
Ponemos una pota al fuego con aceite en el fondo. Pelamos las gambas y echamos todas las cáscaras en la pota junto con el puerro, la cebolla y el caldo de pescado. Lo doramos unos 5 minutos y añadimos el vino y el agua. Lo cocinaremos 20 minutos para hacer un caldito casero.
Doramos el pescado en una sartén con la cola de las gambas.
ATENCIÓN LO MÁS IMPORTANTE. Con agua en otra pota cocemos los spaghetti cuando el agua hierva durante 4 MINUTOS. Hay que dejarlos a medio cocer.
Añadimos la mitad del caldo a la sartén con el pescado y las gambas y los spaghetti medio cocidos para que se terminen de hacer en el caldito con el pescado y se chupen parte del caldito.
Os aseguro que es la mejor manera de comer pasta. Con sabor y sin que la salsa los moje, dentro, ricos.
Besitos