martes, 28 de abril de 2009

Otra vez pizza de mi turco favorito


Martes y fútbol, no cualquier fútbol hermanos, la semifinal de la champions. Barcelona-Chelsi. Llevo hablando del partido con mis colegas en el trabajo todo el día. No tengo ni uno que le interese el fútbol, el mundial, el europeo, alguna final que tal, pero en general ni se inmutan.


Este deporte me ha cautivado desde muy pequeño. Mi problema es que mi conocida falta de constancia hace que nunca he podido saber mucho de fútbol. Conozco a los jugadores más conocidos de cada equipo, bueno, de los importantes. Sigo los torneos y ligas y alguna idea tengo de las clasificaciones pero nada comparado a un verdadero seguidor del fútbol (y para que os hagáis una idea de que tipo de persona hablo sólo tenéis que preguntar a Rubén sobre alguna alineación o resultados de alguna temporada).


Pensar en ver un partido de fútbol, sea por la televisión o en directo hace que flipe! Quedan 90 minutos de fútbol, 90 minutos! Me pongo nervioso, me mola, lo preparo todo para el acontecimiento y la verdad es que siempre me sorprende. Por mucho que los equipos entrenen, el fútbol es en directo. Las variables controlables no son las mismas que en cualquier otro espectáculo. Es lo cautivador de un deporte como el fútbol. Sabemos que pueden hacer grandes cosas, crear espacios para la mejor jugada ofensiva, un drivlin fantástico, un gol inesperado nacido de un pie accionado a 40 metros de la portería. Hemos visto repeticiones, tenemos partidos en la memoria, jugadores que sabemos son capaces de todo y más, y aún así, parece que va a ser imposible que lo hagan y nos lo regalen.


En este partido también hubo jugadas de este tipo y me sorprende cada vez como si fuera la primera. La magia del fútbol radica en esa imprevisibilidad, en el saber que pueden hacerlo y no creértelo del todo, en que te sorprendan, y lo hacen, normalmente lo hacen.


Michel al Getafe... que decir, seguro que hace lo mismo que con Valderrama.

viernes, 24 de abril de 2009

Brochetas de pollo y chorizo

A mi me gusta la muiñeira. A mi me gusta la sardana. A mi me gusta el aurresku. A mi me gusta el chotis. A mi me gusta la jota. A mi me gusta el esmó grúdurna en midsomar. Vamos que me defino como un amante del folklorismo. Lo de las verbenas y fiestas populares he de reconocer que me pone, sean las nacionales, estatales o suecas, la concentración de gente para comer y bailar me pone. Es parte de mi pasado y siempre me ha gustado.

No tengo un poster de Carlos Nuñez en mi casa, ni siquiera de diana pero lo que hace el hombre me gusta. Me mola ir de romería en verano y ver a la Virgen del Carmen en la procesión del mar. Espero haya quedado claro mi posicionamiento frente al folklore. Estamos, no?

El domingo pasado, en la Villa, fui con mi hermana al Teatro López de Vega en la Gran Vía a ver a la Compañía de Sara Baras interpretando la obra Carmen. Un espectáculo de Flamenco con música en directo. He escuchado flamenco, lo mítico, Camarón, José Mercé, Lola Flores, en fin, lo que a Galicia llega, así que lo de la Baras me parecía interesante.

Interesante fue, ciertamente, aunque algo más también.

Al próximo gaiteiro que vea le meteré la gaita por el orto, al bailarín de sardana por lo menos una pierna se la parto, la chapela con aceite al del aurresku se la haré comer y la cabeza abierta por el golpe del ladrillo al pringao del chotis no estará de más. Aficcionados señores. Flamenco 6-resto de demostraciones de aficcionados folkloristas 0. Es otra liga, otra dimensión. Ganaron. Quizás sea que son demasiado buenos para decir lo bueno que es, que nos agobian con el tonito arrogante o que tienen un clima tan bueno que sólo por eso los gallegos los mataríamos a todos, será. Pero ciertamente tienen razón, es un arte no comparable a otra manifestación folklórica de la península. Sí al rock, al jazz, al heavy, al punk, al hip-hop, vamos a los grandes géneros, pero si alguien tiene la oportunidad de ver a la Baras cueste lo que cueste que no se lo piense.

Si antes de ver el espectáculo podéis tomaros unas botellas de vino con Los Louro en la Musa en Fuencarral y lleváis el punto simpaticón y medio tonto de sentiros en paz con el mundo, eso también ayuda. Pero no le resta duende al flamenco, en todo caso os lo da a vosotros.

Brochetas de pollo y chorizo

3 Chorizos tiernos como para cocer
3 pechugas de pollo
Tortellini frescos rellenos de jamón
Salsa barbacoa
Sal
Pimienta

Se ensartan trozos de pollo y chorizo alternativamente en un palo de madera para brochetas. Se salpimentan y a la plancha pinceladas con la salsa barbacoa. Mientras se pone una pota con agua a cocer para la pasta. Se le dan unas vueltas a las brochetas y cuando la pasta esté lista (10 minutos), a comer!
Besitos!

martes, 21 de abril de 2009


Chinos, viejos y viejas, hombres de mediana edad estresados, Los Louro y un conductor que puso la calefacción a 300 grados celsius.

7.00 pm, dirección Villalba (que si alguien no se cree que es Fraga quien sigue manejando este país que me explique porque hay un cartel en el centro de Madrid que indica la dirección a seguir hacia a Terra Cha y no Galicia). Salimos de la Villa con lluvia. La tensión se palpa en el ambiente. Los Chinos duermen en los asientos, los viejos de delante llevan una radio pequeña y escuchan Radio Nacional.

A los 20 minutos pudimos ver el casino que se alzaba majestuoso a nuestra izquierda, rodedo de luces y de edificios igualmente iluminados (casas de putas, por supuesto). Estábamos ya cerca de nuestro destino, salimos de la autopista y en tan sólo unos minutos abandonamos el transporte para entrar en el casino. Allí estábamos, delante de la puerta como los 4 magníficos (ya pero es que nosotros éramos 4) entrando en el pueblo, como Thelma y Louise paradas al borde del precipicio, un poquito más, sólo un poquito más y entraríamos.

Y entramos, mira la verdad es que un poco cutre. Una lámpara enorme en la entrada y moquetas como de cuarto de baño inglés. La tropa que nos acompañó en el autobús aquí se multiplicó. Cuatro salas de juego, ruleta, black jack, máquinas de colores, y gente con fajos. Los billetes de 50 euros son como las monedas de 1 Corona o 1 Euro, lo mínimo, lo básico. Hombre de mediana edad, bigote, americana sin corbata y bebiendo ron con coca cola mientrás ordena en la barra sus billetes de 500 y 100 euros, una imagen que se repite en toda la noche. Chicas guapas, entre 20 y 30, merodeando por las mesas mientras el monte de navos se lo juega todo, es otra imagen de la noche.

Y entre todos, nosotros. Nos pasamos las primeras 2 horas deambulando, entrando incluso en la sala de poker que la apuesta mínima era de 50 euros y no se podía mirar, sólo jugar. Cada uno desempeñó su papel perfectamente.

El padre: observando las mesas de juego, serio, sin tener ni idea de lo que ocurría pero serio, como si dominara lo que estaba ocurriendo. Mira a la mesa, observa a los jugadores, quieto, respetuoso, silencioso, puede que pareciera un jugador que analiza la situación de la mesa, pero le delatan algunos movimientos no controlados de los pies. Es un pringao que viene a un casino por primera vez.

La madre: inquieta, interesada por ver lo que pasa. Se acerca a las mesas y comenta la apariencia de los demás, la cantidad de fichas que tienen y su cuantía, las apuestas realizadas, quiere más, quiere ver todo el local y descubrir los lugares más recónditos de este templo. Es una pringá que viene a un casino por primera vez.

La hermana: deambula, no se acerca ni mucho ni poco, no entiene nada y tampoco hace ningún esfuerzo por sacar la lógica de cada juego. No se entera (grandes lazos genéticos con el Pater Louro). Le gustaría jugar a las cartas y más adelante leeréis sobre sus dotes de jugadora en mesa de black jack with the big boys! Es una pringá que viene a un casino por primera vez.

El menda: corbata negra sobre camisa azul clara con lágrimas acompañantes. Pantalón negro ajustado con americana negra de raya diplomática. Un JASP, un triunfador, mirada arrogante. Irradia la seguridad del que entiende todos los juegos y puede hasta entender las apuestas de los pobres mortales que (curiosamente) tiran las fichas en la ruleta y huyen del lugar (madre, haré research en internet para entender por qué se escapan). Es un pringao que viene a un casino por primera vez.

Curiosamente las emociones e impresiones son tantas que el hambre no se apodera de ti. Evidentemente no íbamos forrados de guita para la ocasión pero en la medida de las fantásticas posibilidades de la familia Louro estábamos dispuestos a gastarnos 50 euros por persona en los juegos y cenar el buffet de 30 euros del restaurante ”Las Vegas”. Le sumamos los 3 euros de la entrada y la inversión inicial per cápita de 83 euros me parece un más que generoso regalo a la casa. La verdad es que, supongo que debido a las impresiones y emociones que todo esto implica, ninguno de los Louro estaba terriblemente hambriento, así que tras tirar algunos Euros en las máquinas tragaperras (un buen hombre nos orientó un poco sobre el funcionamiento) nos decidimos por comer algo ligero, unos bocatas mientras seguíamos engullidos por el ambiente estraño del casino.

Es una sensación muy especial la de estar ahí dentro, no hay mucho ruido, es más hay que hablar bajito si estas cerca de alguna mesa donde están jugando (a menos que te la pele todo y te rías de la gente abiertamente lo cual, evidentemente, los Louro sabemos hacer y hacemos). Debe ser que no hay luz natural y demasiados colores intermitentes, el caso es que el aire pesa más y el tiempo no avanza a la velocidad habitual. Nos vimos en la obligación de comer puesto que eres consciente de que el cuerpo necesita energía, pero no lo sientes así. Yo ya me había tomado un yintonic y un drai martini. Durante este tiempo había adoctrinado a mi Santa Hermana sobre las reglas y funcionamiento del Black Jack. Ponderé que sería la alternativa de juego más fácil para la noche.

El Pater se sentaría en una mesa y perdería todas las fichas sin entender lo que en cada mano ocurría. La Mater se pondría a discutir con el crupier jugada tras jugada y mostrándose siempre escéptica haciendo que los cambio de jefe de mesa se repitieran unas cuantas veces.

Frente a esta situación, mi esperanza estaba puesta en La Hermana. Escuchaba atentamente mis explicaciones y yo comprobaba que éstas habían sido entendidas. Cuando las mesas para novatos se abrieron no acercamos para intentar coger un sitio, los cogidos fuimos nosotros che! El buitrerío es la clave, como halla dinero por medio, la gente pierde la educación y la perspectiva. Tras 30 minutos de que se nos colaran y nadie levantara sus posaderas de los sitios de juego, La Hermana, Ella, se fue al gran salón, vino, vio y si venció o no lo sabréis en breve. Regresó a la mesa de novatos donde yo intentaba introducirme y dijo ” en las mesas de 5 euros apuesta mínima hay asientos libres”. Haciendo un cálculo mental rápido valoré la propuesta, 10 manos, podemos jugar 15 minutos y tirar 50 euros y experimentar la piel del jugador, vale la pena!

Decididos, informamos al resto del grupo y bajamos hacia el gran salón. Nos acercamos a una mesa, sacamos 50 euros del bolsillo, los tiramos en el tapete y nos entregaron 10 fichas, todo nuestro capital en 10 fichas. Las normas de juego estaban más o menos claras, el significado de los gestos hechos al crupier eran también un más o menos (nunca tan difícil me ha resultado decir sí o no siendo consciente de lo que eso significaba). Pero todo ya daba igual, estábamos sentados en una mesa, y no de novatos, de Big boys, we are fucking playing with the Big Boys, let´s rock! Y empezamos, el objetivo era, si después de un rato jugando llegamos a recuperar la inversión nos vamos. Carta, 16, una más, 20, no, 14, no (no? Pregunta el croupier) no no, digo, sí, Black Jack, 21, se pasa, hagan juego... era una guerra. Para hacerlo corto:

Peña apostando por nosotros porque nos iba muy bien.
La jefa de todas las mesas diciendo que era increible como ganábamos con nuestra manera de jugar.
Llorando de risa por las cartas que nos tocaban, los otros jugadores decían que había que sacar fotos a nuestras manos.
Los croupiers (tuvimos 3) no podían intuir nuestras respuestas.
Sergio pierde todo.
Elena dobla, metimos 100, nos vamos con 100 después de una hora y media de juego.

A eso de la una decidimos marcharnos para tomar la penúltima mientras esperábamos por el bus que nos llevaría de vuelta a Madrid.

Una velada fantástica y la cual recomiendo a todo el mundo. Podemos decir que el Casino de Torrelodones es un buen sitio para echarse unas risas y emocionarse un poco al calor del azar.


sábado, 18 de abril de 2009

Pulpo con cachelos


Madrid no es humilde a la hora de presentarse. En cuanto empiezas a subir las escaleras del metro que te dirigen a Sol, te sientes como un futbolista en el tunel de vestuarios saliendo al terreno de juego. A medida que vas subiendo la intensidad de las voces que escuchas crece de manera abrupta para convertirse en un Allegro Fortissimo. apenas veinte escaleras, unos seis segundos de ascenso y te ves en el medio de Sol. Picoletos con tricornio, un coro de charros que cantan cielito lindo, gentes, colores, aromas, ritmo, putas, venta ambulante, no es el infierno en donde te adentras, es en la parte álgida de Aida donde los ejércitos marchan y la famosa melodía invade la sala.

Mi hermana diría que es una sinfonía humana y quizás sea la metáfora más adecuada. Esta ciudad te engulle desde el primer momento. Si has tenido la suerte o desgracia de vivir en este país reconoces la mayoría de los sitios por toda las imágenes que tienes almacenadas gracias o por desgracias a las series de televisión, películas, reportajes y demás.

Para mi que vengo de un pueblito y la capital a la que me he mudado se ha convertido en otro pueblito estar aquí es estar en La ciudad. Mi sitio favorito es Barcelona, pero de alguna manera en Barcelona me siento en casa. Mis huesos se adaptan a esta ciudad desde el primer momento, la hago mía cada vez que estoy allí y nos abrazamos fraternalmente cuando llego y nos despedimos con cariño cuando me marcho.

Madrid es más exigente, me pone a prueba, no me lo pone fácil, me deja participar pero no hacerme con ella. La ciudad es muchísimo más grande y tiene más energía que la suma energética de sus habitantes. Te mira, te sigue, no va a impedir que hagas lo que quieras pero lo estará viendo. Hermanos, el mundo pasa por esta Villa pero las normas de juego las decide ella.

Para vivir, Barcelona, para sentir o aprender a sentir, la Villa.

Pulpo con cachelos

Pulpo
Una cebolla
Sal gorda
Pimentón picante
Patatas
Cobre

Se pone a hervir agua en una pota (mediada) con sal y una moneda de cobre o algo de cobre dentro. Cuando hierva se coge el pulpo (que lo hemos congelado para que se ablande, lo de mazarlo en casa no lo recomiendo) y se agarra por la cabeza para sumergirlo y sacarlo 9 veces. Es decir, al agua, afuera, al agua , afuera... 9 veces, los tentáculos se van rizando y la última vez lo dejamos dentro de la pota para que empieze a cocer. A partir de ahora 40 minutos a fuego medio y después añadimos las patatas que se coceran con el pulpo dándoles un color rojizo fantástico y un sabor muy especial.

Cuando está blandito, lo sacamos y cortamos en medallones con una tijera de unos 3 centímetros. Lo servimos en un plato de madera con aceite por encima, sal y pimentón picante.
Besitos!

lunes, 13 de abril de 2009

Casino de torrelodones


Los Louro se van de finde a la Villa! No es que sea como un capítulo de los Osbourne pero casi. Se tardan unos años en sentir cosquillas en la barriga cuando uno se encuentra con sus padres y hermana para realizar alguna actividad "extra familiar". Más allá de la cena de Navidad, Fin de años, cumpleaños diversos, días del padre y/o madre, en fin, estas obligaciones inherentes al formar parte de la célula de la sociedad moderna (Siniestro Total).


De una banda de viejos marisabidillos, causantes de todos los males, arrogantes, prejuiciosos (o debería decir prejuisiosos, porque la verdad es que es palabro de telenovela venezolana) esa alianza del mal que tiene como objetivo fastidiar la vida del pobre adolescente sobre el que gobiernan. De ese rol tan carnicero y lúgubre en el que uno los encasilla, en cuestión de años los solemos (y digo solemos, porque otros los mantienen ahí) ubicar en otro espacio.


Qué deciros de la hermana imbécil, la cual todo hace mal, envidiosa, ignorante, con mal gusto que camina por la vida para que nos riamos de ella con nuestros amigos. Lo mejor que le puede pasar es que pasemos de ella y no se convierta en objetivo principal de iras ajenas.


Si todo va bien, dicen los especialistas en la materia, es decir, si lo anteriormente relatado se cumple y ese odio, indiferencia y mala leche se materializa en la edad que se espera (13-18). Entonces, pasada esa época sentiremos las cosquillas en la barriga de las que os hablaba.


El viernes Los Louro se encontrarán en Madrid para estar dos días de fiesta, y cuando os digo Los Louro me refiero a un fantástico padre, divertido, tierno e irracionalmente encantador. A una maravillosa madre, capaz, coherente, divertida y cariñosa y a una hermana, independiente, divertida, interesante y con ganas de comerse el mundo para que se le reconozca su valía como mujer, persona y homínida.


Así que quedaros con estos adjetivos que son los que a día de hoy tienen vigencia en mi corazón y cerebro y deseadnos suerte en el Casino de Torrelodones.

Besitos


jueves, 9 de abril de 2009

Huevos cocidos


La pascua, la Semana Santa, Påsken en esta parte del mundo. Si escucho la palabra pascua las imágenes que la amígdala me envía son las de procesiones, tambores, lluvia, misas, vigilias, estampitas, monaguillos, un corpus gráfico compartido por muchos ferrolanos. Si le preguntáramos a Fefe nos hablaría también de procesiones, tambores, misas y vigilias. Lo de la lluvia en Cádiz la conocen cuando la ven en las noticias sobre Galicia. Pablo, Miquel, Diego y demás amigos andaluces lo corroborarían aunque añadirían los recuerdos paganos que inundan estas fiestas en el sur.

Si no tenéis la suerte de compartir este tema con andaluces, podríais pensar que son todos unos capillitas que salen en tromba a cantar y llorar frente a alguna imagen religiosa. También yo pensaba que la Romería del Rocío era un tema de cristianos aférrimos hasta que Julito me dijo que "uno va al Rocío, por el polvo del camino". Es decir, que el paganismo tiene más fuerza en la Semana Santa andaluza, donde se toma una inmensa cantidad de vino fino y manzanilla antes de ver pasar a los capuchones, que esa imagen de católicos confirmados adoradores de la COPE.

Aquí en la Nordia el paganismo también se hace visible en las tradiciones. Los niños pequeños se visten de brujas y piden caramelos por las casas. El tema es que hoy viajarán a su planeta Blåkulla para encontrarse con Satán y tener una gran fiesta.

La verdad es que ver las procesiones en Ferrol es un espectáculo que por lo menos una vez en la vida recomendaría experimentar. Aún así el paganismo de beber y comer sin control mientras Satanás festeja con un grupo de brujas la muerte de Cristo... he de reconocer que tiene su punto.

Huevos cocidos
No comments.

martes, 7 de abril de 2009

Pollo a la barbacoa


Así como la primavera puede estar hasta las narices del corte inglés, los alérgicos añoran el recién terminado invierno, los pajaritos se preparan para la cópula y los niños dejan las capas de ropa que han llevado durante este tiempo, los suecos, saludan a la primavera como se merece. Se reunen en la zona vieja, a la orilla del agua y toman el sol en un acto colectivo de bienvenida que se repite cada año.

Ayer los vi desde el metro y pensé que tenía que compartir esta imagen con todos vosotros. Para los que la vivís como yo cada año puede que os siga haciendo la misma gracia que siempre. Para los neófitos de la antropología sueca deciros que este es el símbolo de la entra da de la primavera en Estocolmo. Algo que llevamos esperando 6 interminables meses y que nos recuerda que ver la luz es posible. Aunque la oscuridad nos invade durante muchos días, la vida en forma de sol y cielo azul ha llegado para quedarse.

Ciertamente podéis leer la nostalgia en mis palabras, el caso es que todo túnel tiene su final (puesto que es inherente a su naturaleza de túnel) y el final de la oscuridad da paso a la alegría y a la tranquilidad de la primavera, al nacer al resurgir. Vamos, que ya ponen las terracitas para tomarse las garimbas asándonos al sol que, para los incrédulos quema también en esta parte del mundo.

Vuelven los sudores, las cremas, la poca ropa, la arena, las toallas, los parques apestados de gente, el olor a carbón quemándose, los niños por todos lados... en resumen jóvenes, que para un gallego, 2 días de sol y calor son más que suficientes para querer volver a encerrarse en la cueva al mismo tiempo que mi Miquel añora su Barcelona soleada.

Pollo a la barbacoa

Pechugas de pollo
Jamón serrano
Salsa barbacoa
Tortelini frescos

Cortamos las pechugas a la mitad y enrollamos el jamón en ellas. Las untamos con salsa barbacoa y las pasamos por la plancha. Cuando casi están hechas cocemos la pasta y la servimos con las pechugas aún calientes. Simple y sabroso.
Besitos!

domingo, 5 de abril de 2009

Freixós del bosque


De vuelta en la civilización. Tras un fin de semana en un pueblecito llamado Rickebo con Love (acordaros Lube, mi colega) su hijo Måns y Albin estoy otra vez en Estocolmo. Desde el viernes hasta hoy a las 16h todo ha sido una aventura. Constantemente le dije a los niños "cuando uno está con los papás, cualquier cosa puede pasar", y así fue.

Cuando uno va a Rickebo tiene que mentalizarse para la situación. No hay casas cercas, ubicada en el medio del bosque, con un río que pasa por el terreno y rodeado de árboles. Zorros, osos, lobos, alces, en fin, lo que se entiende por en el medio del monte. En la casa no hay agua, electricidad ni cuarto de baño. Lo cual parecen tres cosas básicas, y ojo que no soy un hombre del bosque, a mi también me parecen elementos básicos para la vida pero el ansia de superar las dificultades hace que Rickebo sea el lugar ideal para ponerse a prueba.

Nada más llegar, a las 23:30, nos topamos en la entrada del camino hacia la casa con 60cm de nieve. Por mucho que el nuevo Honda CVR de Love parezca un Range Rover, no lo es, si lo ves por Estocolmo dirías, "ahí va un pijito de ciudad con un 4por4 jodiendo el medio ambiente por el caprichito del niño"; si lo ves frente a una buena capa de nieve dirías "ahí va el burro ignorante de Estocolmo con su 4por4 de juguete a intentar meterse en el bosque de verdad"; si lo ves desde fuera, intentando subir la montaña de nieve dirías "ahí va, Love, en su coche nuevo a quedarse atrapado en la nieve en un coche el cual yo tendré que desenterrar a estas horas y con los niños que dormían placidamente, ya despiertos y espídicos". Y desgraciadamente esta última fue la más acercada a la realidad. Lo triste fue que no sólo había mucha nieve en la entrada del camino sino en todo el bosque el cual tuve que cruzar con vaqueros para llegar a la casa y coger 2 palas para desenterrar el cochecito.

Por supuesto, Love se había dejado la llave del gas abierta así que la bombona tampoco nos ayudaría para cocinar. Leña hermanos, aunque no mucha porque Love no había comprado y la del invierno anterior ya se terminó.

En fin, para no rallaros más. Un fantástico fin de semana, casi 20 grados sobre cero durante el día, una excursión al bosque para encender un fuego en la nieve y comer con los niños. Dormimos con sacos de dormir y vestidos con la ropa que teníamos y para los niños todo una aventura.

No lo dudéis, lo repetiré.
Besitos

Freixós del bosque

Una cocina como la de la foto
3 huevos
3 dl de harina
6 dl de leche
Mantequilla
un pellizco de sal
Un palo tallado como si fuera una espátula para darle la vuelta.
Cerveza, 7 grados, Norland Dinamyte

Se enciende la cocina, no con un mechero, con un pedernal (la barrita de hierro a la que frotando un trozo de metal salen chispas).
Se mezclan todos los ingredientes, menos la cerveza que se bebe previamente para mezclarse posteriormente.
Se pone una sartén o cazo de campaña al fuego con un buen trozo de mantequilla antes de hacer cada freixó. Se le da la vuelta con la espátula tras un minuto por cada lado y listo.
Hasta mañana!