jueves, 9 de abril de 2009

Huevos cocidos


La pascua, la Semana Santa, Påsken en esta parte del mundo. Si escucho la palabra pascua las imágenes que la amígdala me envía son las de procesiones, tambores, lluvia, misas, vigilias, estampitas, monaguillos, un corpus gráfico compartido por muchos ferrolanos. Si le preguntáramos a Fefe nos hablaría también de procesiones, tambores, misas y vigilias. Lo de la lluvia en Cádiz la conocen cuando la ven en las noticias sobre Galicia. Pablo, Miquel, Diego y demás amigos andaluces lo corroborarían aunque añadirían los recuerdos paganos que inundan estas fiestas en el sur.

Si no tenéis la suerte de compartir este tema con andaluces, podríais pensar que son todos unos capillitas que salen en tromba a cantar y llorar frente a alguna imagen religiosa. También yo pensaba que la Romería del Rocío era un tema de cristianos aférrimos hasta que Julito me dijo que "uno va al Rocío, por el polvo del camino". Es decir, que el paganismo tiene más fuerza en la Semana Santa andaluza, donde se toma una inmensa cantidad de vino fino y manzanilla antes de ver pasar a los capuchones, que esa imagen de católicos confirmados adoradores de la COPE.

Aquí en la Nordia el paganismo también se hace visible en las tradiciones. Los niños pequeños se visten de brujas y piden caramelos por las casas. El tema es que hoy viajarán a su planeta Blåkulla para encontrarse con Satán y tener una gran fiesta.

La verdad es que ver las procesiones en Ferrol es un espectáculo que por lo menos una vez en la vida recomendaría experimentar. Aún así el paganismo de beber y comer sin control mientras Satanás festeja con un grupo de brujas la muerte de Cristo... he de reconocer que tiene su punto.

Huevos cocidos
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