viernes, 24 de abril de 2009

Brochetas de pollo y chorizo

A mi me gusta la muiñeira. A mi me gusta la sardana. A mi me gusta el aurresku. A mi me gusta el chotis. A mi me gusta la jota. A mi me gusta el esmó grúdurna en midsomar. Vamos que me defino como un amante del folklorismo. Lo de las verbenas y fiestas populares he de reconocer que me pone, sean las nacionales, estatales o suecas, la concentración de gente para comer y bailar me pone. Es parte de mi pasado y siempre me ha gustado.

No tengo un poster de Carlos Nuñez en mi casa, ni siquiera de diana pero lo que hace el hombre me gusta. Me mola ir de romería en verano y ver a la Virgen del Carmen en la procesión del mar. Espero haya quedado claro mi posicionamiento frente al folklore. Estamos, no?

El domingo pasado, en la Villa, fui con mi hermana al Teatro López de Vega en la Gran Vía a ver a la Compañía de Sara Baras interpretando la obra Carmen. Un espectáculo de Flamenco con música en directo. He escuchado flamenco, lo mítico, Camarón, José Mercé, Lola Flores, en fin, lo que a Galicia llega, así que lo de la Baras me parecía interesante.

Interesante fue, ciertamente, aunque algo más también.

Al próximo gaiteiro que vea le meteré la gaita por el orto, al bailarín de sardana por lo menos una pierna se la parto, la chapela con aceite al del aurresku se la haré comer y la cabeza abierta por el golpe del ladrillo al pringao del chotis no estará de más. Aficcionados señores. Flamenco 6-resto de demostraciones de aficcionados folkloristas 0. Es otra liga, otra dimensión. Ganaron. Quizás sea que son demasiado buenos para decir lo bueno que es, que nos agobian con el tonito arrogante o que tienen un clima tan bueno que sólo por eso los gallegos los mataríamos a todos, será. Pero ciertamente tienen razón, es un arte no comparable a otra manifestación folklórica de la península. Sí al rock, al jazz, al heavy, al punk, al hip-hop, vamos a los grandes géneros, pero si alguien tiene la oportunidad de ver a la Baras cueste lo que cueste que no se lo piense.

Si antes de ver el espectáculo podéis tomaros unas botellas de vino con Los Louro en la Musa en Fuencarral y lleváis el punto simpaticón y medio tonto de sentiros en paz con el mundo, eso también ayuda. Pero no le resta duende al flamenco, en todo caso os lo da a vosotros.

Brochetas de pollo y chorizo

3 Chorizos tiernos como para cocer
3 pechugas de pollo
Tortellini frescos rellenos de jamón
Salsa barbacoa
Sal
Pimienta

Se ensartan trozos de pollo y chorizo alternativamente en un palo de madera para brochetas. Se salpimentan y a la plancha pinceladas con la salsa barbacoa. Mientras se pone una pota con agua a cocer para la pasta. Se le dan unas vueltas a las brochetas y cuando la pasta esté lista (10 minutos), a comer!
Besitos!

2 comentarios:

  1. Ai, el flamenco... que puedo añadir... de eso si que soy un incondicional. Creo que el flamenco, en todas sus versiones y adaptaciones es un arte y por eso, amigo Louro, no se puede comparar con los bailes populares del resto del estado. Si en lugar de ver a Sara Baras hubieses ido al Real de la Feria y hubieses escuchado a los Cantores de Hispalis, tal vez tu idea fuese otra, porque yo creo, que si tienes que comparar debes hacerlo con cosas que estén en el mismo nivel: la sardana, las sevillanas, la jota, la muñeira... y luego decidir. Pero el flamenco cantao o bailao es otra cosa, es sentimiento, arte, duende, quejío... que creo que no tiene las fronteras autonómicas de andalucía ni del resto del estado.

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  2. Veo que el finde en la Villa te ha dado inspiración. Hermana Louro está obsesionada con el Casino desde entonces, la pobre solo piensa en el Black Jack y sus pupilas se han convertido en dos cerezas de máquinas tragaperras. Pobre... habrá que repetir la experiencia, que hasta tengo curiosidad!
    En cuanto al flamenco, yo que te voy a decir... el flamenco de verdad no se habla, se siente. En el espectáculo de Sara Baras el flamenco se sentía en el movimiento preciso y sublime de las manos y no en el taconeo frenético de los pies.

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